Esto fue lo que vivimos durante nuestro trabajo con las fundaciones CONCORA Y JUANFE, una oportunidad de devolverle al universo, todo lo que nos ha dado.
Si hay que definir con una palabra esta experiencia sería fortaleza, al ver una comunidad de adolescentes que crecieron apresuradamente y que antes de llamarse adultas, se llamaron mamás, una comunidad que está creciendo a la par de sus hijos pero que con ganas y empeño asumen responsabilidad, protegen y enseñan.
Aquí vimos más que nunca plasmado nuestro statement “Seguimos siendo niños” pues nos encontramos con un grupo de niñas que juegan, ríen, hacen muecas y travesuras pero que una vez se encuentran con sus hijos, aparece su naturaleza protectora y soñadora, unas niñas que cuando las llaman “mamá” dejan de jugar para divertirse y empiezan a jugar para vivir.
Hacer equipo con estas dos fundaciones nos deja agradecidos y motivados, y nos impulsa a seguir trabajando por visibilizar las diferentes formas en las que las personas están jugando a vivir, los diferentes obstáculos que tienen que pasar y los premios a los que quieren llegar.