


Analfabeta
¿Te imaginas tener 12 años y no saber leer ni escribir?
Esto es una historia real. Lo conocí a él en un taller en Medellín. Ese día llovió, solo llegó él. Cambiamos la actividad y jugamos ahorcaito. La palabra era “resiliencia”.
Pero Él no conocía las letras.
Escribimos el abecedario en la pared y jugamos a “frío o caliente”. Con el dedo iba buscando lo que nunca le habían enseñado: el derecho a leer, a aprender, a soñar.
Y todo eso, a solo minutos de nuestra realidad.
Esta obra es un recordatorio de lo invisible. Porque hay infancias que no juegan con palabras, sino con la esperanza de ser vistas.
Mixta (Óleo, Acrílico, marcadores & aerosol) sobre lienzo